Sabemos que la obesidad aumenta el riesgo de contraer algunos tipos de cáncer. Pero la obesidad no sólo puede afectar su probabilidad de contraer cáncer, sino que hay otros factores involucrados. Por ejemplo, la obesidad puede interferir con la eficacia de un medicamento común que se usa para combatir el cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas, según un estudio realizado en Australia.
Una versión corta de la explicación clínica es que los inhibidores de la aromatasa (IA) son píldoras que bloquean la producción de estrógeno en mujeres posmenopáusicas al bloquear una enzima llamada aromatasa. La aromatasa convierte la hormona andrógeno en pequeñas cantidades de estrógeno en el cuerpo, lo cual puede llevar al crecimiento de cáncer para los tipos de cáncer de mama llamados receptores de estrógeno positivos. Con el tratamiento de IA hay menos estrógeno disponible para estimular el crecimiento de células de cáncer de mama con receptores hormonales positivos.
El estudio, una revisión sistemática, utilizó ocho estudios anteriores para evaluar el efecto de la obesidad sobre la eficacia de la IA en el tratamiento del cáncer de mama posmenopáusico. «La revisión mostró una tendencia hacia un efecto negativo de la obesidad sobre la eficacia de la IA, pero el tamaño del efecto y si es el mismo con todos los IA (hay tres tipos diferentes) es difícil de determinar», encontró el estudio. Los IAs pueden ser menos efectivos en mujeres obesas debido a la mayor cantidad de aromatasa en el tejido graso periférico.
Este es otro estudio que apoya el aumento de la incidencia de cáncer en pacientes que sufren de obesidad. La evidencia ha mostrado en otros estudios que la incidencia de cáncer era 80% menor después de la cirugía bariátrica en comparación con el grupo de control de pacientes obesos mórbidos, con las mayores reducciones observadas en los cánceres de mama y de colon.
Investigaciones anteriores demostraron que la obesidad también puede disminuir las probabilidades de que una mujer sobreviva al cáncer de mama. El estudio encontró que las mujeres más jóvenes que son obesas tienen un riesgo 34% mayor de morir de cáncer de mama. Sin embargo, el estudio no encontró el mismo riesgo para las mujeres obesas posmenopáusicas.