Mantener la forma en otoño

Es triste decirlo, pero el verano está llegando a su fin. El otoño es una época estupenda para estar al aire libre, pero la luz del día empieza a disminuir notablemente. Me parece que esta es una época en la que muchos de mis clientes tienen dificultades con la motivación. Hace más frío y está más oscuro, y la gente empieza a tener problemas para encajar sus entrenamientos en su horario.

Para las personas que trabajan en un horario típico de 9 a 5, los meses de verano son estupendos. Hace calor en el exterior y hay mucha luz. Con estas condiciones óptimas, no es difícil motivarse para ir a hacer ejercicio antes o después del trabajo. Sin embargo, a medida que se acerca el otoño, la luz del día es difícil de conseguir y las temperaturas más frías restan motivación para salir al aire libre.

Me parece que hay algunas maneras de remediar estos problemas y mantener la motivación y el ejercicio a medida que cambian las estaciones. En primer lugar, ¿es posible hacer ejercicio durante la pausa del almuerzo? Siempre veo si la gente puede empezar a trabajar 30 minutos antes, o terminar el trabajo 30 minutos más tarde, ampliando así su descanso para comer. De este modo, puede aprovechar las horas de luz y la parte más cálida del día para hacer ejercicio.

Si esto no es posible, veo si la gente está dispuesta a hacer ejercicio con una luz. Ya sea corriendo con un faro o montando en bicicleta con luces en la misma. De este modo, se puede salir al exterior por la mañana o por la tarde si todavía no ha amanecido. También me aseguro de que la gente tenga la ropa adecuada cuando las temperaturas empiezan a caer en picado. No hay nada peor que congelarse mientras corres, caminas o vas en bicicleta.

Si el ejercicio al aire libre no es una opción, entonces sí lo es el interior. Apúntate a un gimnasio (cerca de tu casa o de tu trabajo) o instala un equipo en casa. Haz que el lugar donde te ejercitas sea de fácil acceso y lo más agradable posible. Puedes poner música o televisión. Lo que mejor funcione.

En resumen, no dejes que toda la forma física que has ganado durante el verano se reduzca a medida que se acercan el otoño y el invierno. Al menos mantén lo que tienes para que cuando llegue la primavera de nuevo, no estés empezando de cero.