A pesar de ser la más difícil de todas las operaciones de cirugía estética, la rinoplastia es sin embargo, la intervención con un mayor índice de éxito. Tanto, que el 90% de los pacientes sometidos a la corrección de la nariz, está satisfecho de su nueva fisonomía. Su riesgo es escaso y el resultado que se obtiene es para toda la vida. Esto hace que sea una de las que más frecuentemente que se realizan. Desde clínica de cirugía estética Granada Salus, especialistas en rinoplastia Granada, nos cuentan todo sobre esta cirugía.
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La primera consulta
Perderás el tiempo y el dinero si eres demasiado jóven. Las operaciones de nariz se realizan una vez finalizado el crecimiento de los huesos. Generalmente, dos años después de haber tenido el primer periodo en el caso de la mujer, y a partir de los 17 años, en el caso del hombre.
Ha de exponerse claramente la percepción propia del problema y las aspiraciones del paciente. Será el especialista quien estime la oportunidad de correr el riesgo quirúrgico. A veces son defectos tan nimios, que no merece la pena operarse. Otras, puede no coincidir el deseo del individuo con la opinión del profesional.
Seguidamente, se procede a la exploración por dentro y por fuera de la nariz, valorando el problema del que se trate: nariz torcida, aguileña, desviación del tabique, etc.
Se establecen una serie de parámetros de la cara para valorar el problema en su conjunto, esto es, la nariz respecto al mentón, la frente o los maxilares.
En el historial que siempre se realiza, han de constar las enfermedades y operaciones previas, así como las alergias o la medicación que se pueda estar tomando.
Como en todas las operaciones, se solicita una analítica completa de sangre, una placa de tórax y un electrocardiograma.
Una vez fijada la fecha de la operación, el paciente deberá permanecer en ayunas de 9 a 12 horas antes de entrar en el quirófano y acudir sin maquillar.
Salvo que se sea una fumadora empedernida, no hay problemas respecto al tabaco.
La intervención
Anestesia y duración: Generalmente se realiza con anestesia general y la operación dura de 40 minutos a hora y media.
Técnica: Se puede hacer por vía interna, o bien, por vía externa a través de una incisión que se realiza en la parte alta del labio, justo en la unión con la nariz. A través de estos abordajes y con el instrumental especializado, se llega a las zonas afectadas. El cirujano entonces corta, talla o modela los huesos y cartílagos hasta conseguir el perfil deseado. Se trata de una operación que entraña cierta dificultad porque el cirujano ha de guiarse por el tacto, más que por la vista.
Escayola: Se pone un taponamiento en cada fosa nasal con una esponja de material muy suave y se escayola la zona, que queda cubierta por una T sobre la frente y la nariz.
Caso aparte: Existe un porcentaje considerable de pacientes que además de la nariz, precisan corregir un tabique desviado o necesitan compensar otras zonas de la cara. Es normal realizar el aumento del mentón si se tiene la barbilla huidiza, en cuyo caso se pone una prótesis de silicona a través de una incisión que se realiza por dentro de la boca. Puede suceder lo contrario, que se precise disminuirlo, y por tanto, quitar el hueso, operación que se realiza con escoplo o con fresa a través de una incisión que se hace por dentro de la boca.
A veces sucede que es preciso el aumento de los malares (huesos del pómulo), y en ese caso se procede a implantar sendas prótesis de silicona en los pómulos, intervención que se realiza también, a través de unas incisiones por debajo de la boca.